miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL NILO, EL RÍO SAGRADO DE EGIPTO

Fuente de vida y de prosperidad, el río Nilo fue fundamental en el nacimiento de la civilización egipcia y marcó, al ritmo de sus estaciones, la vida de quienes habitaban en sus orillas. Pese a estar situado en una de las zonas desérticas y áridas más extensas del planeta, Egipto acogió una de las civilizaciones más brillantes y ricas de la Antigüedad. Ello fue posible gracias al río Nilo, que desempeñó un papel crucial en la formación y desarrollo de la cultura faraónica. Fuente inagotable de recursos, el Nilo aportó con generosidad el agua y los alimentos necesarios para la subsistencia de los egipcios, y su curso constituyó la principal vía de transporte de personas y mercancías por todo el país. Con más de 6.600 kilómetros de longitud, el Nilo es el mayor río del continente africano.
Inicia su periplo en la región de los Grandes Lagos de África central y fluye hasta Sudán, donde toma el nombre de Nilo Blanco y se une al Nilo Azul, que nace en Etiopía. Luego irrumpe en Egipto en medio de un gran valle y avanza hasta formar un amplio delta pantanoso antes de desembocar en el mar Mediterráneo. Sin embargo, los antiguos egipcios se asentaron únicamente en los últimos 1.300 kilómetros de su cauce, en los que era posible la navegación fluvial. Egipto era sólo la tierra fértil del valle (Alto Egipto) y del delta (Bajo Egipto). El resto era ‘Desheret’, «la tierra roja», llamado así por el árido color de las arenas del desierto deshabitado, yermo e infecundo. El sol desaparecía cada atardecer por occidente simbolizando la muerte, y nacía cada mañana por oriente simbolizando la vida y la resurrección. Por ello, las ciudades y las aldeas de los antiguos egipcios se ubicaban siempre en la ribera este del Nilo; y las necrópolis y los templos funerarios, en la orilla oeste. Hapi era la divinidad que personificaba el río, representaba el poder benéfico y fecundante del río que hacía verdear las orillas del valle y el Delta. El pueblo egipcio lo veneraba, y el faraón le hacía ofrendas para que la crecida del Nilo tuviera lugar durante el período correcto y su caudal fuese el adecuado.


Principales ciudades del Antiguo Egipto

Contexto Físico



miércoles, 26 de agosto de 2015

HISTORIA DEL SIGLO XX




El conflicto del Oriente Medio

La mayor parte de los países del Oriente Medio habían accedido a su independencia de los imperios europeos antes de la segunda guerra mundial. Sin embargo, una consecuencia del Holocausto judío en Europa, la creación del estado de Israel, trastocó completamente la estabilidad de la zona generando un conflicto que aún hoy sigue presente en la escena internacional.

Los orígenes del conflicto árabe-israelí



Los antecedentes del conflicto árabe-israelí se remontan a fines del siglo XIX con el nacimiento del movimiento sionista. Theodor Herzl, el fundador del sionismo, ante las discriminaciones y persecuciones que sufría su pueblo en Europa, defendió la vuelta de los judíos a Israel, que consideraba su tierra original. Así, antes de la primera guerra mundial, cuando este territorio era aún parte del Imperio Turco, grupos de judíos europeos empiezan a asentarse de forma pacífica. El holocausto nazi cambió todo y precipitó el éxodo hebreo a una tierra que había estado poblada durante siglos por árabes palestinos. Tras la segunda guerra mundial, en el mandato británico de Palestina dos pueblos se enfrentaban por el control del territorio: un millón y cuarto de árabes palestinos y más de medio millón de judíos, venidos en su mayor parte de Europa y, por consecuencia, con un nivel tecnológico y económico más desarrollado.
Tras meses de sangrientos disturbios, la ONU acordó un Plan de Partición de Palestina el 29 de noviembre de 1947. El territorio de Palestina se dividiría en tres partes: un Estado judío, un Estado árabe y la ciudad de Jerusalén, bajo el control de las Naciones Unidas.

martes, 25 de agosto de 2015

LOS HEBREOS



El hebreo  fue un pueblo de nómades semitas, aparecieron en el Asia Anterior alrededor del siglo XIII a.C. Estos se asentaron en la zona de Palestina, al sur de Fenicia. Esta zona esta delimitada al oeste, por el mar Mediterráneo; al este, por el río Jordán y el Mar Muerto; al norte, por las montañas del Líbano y al sur, por la península del Sinaí. Es un territorio menos fértil que Egipto y Mesopotamia, pero presenta llanuras aptas para el pastoreo y el cultivo, por lo que será codiciado por los vecinos del desierto. Esta región se llamo primitivamente el país de Canaan debido a que sus primitivos pobladores fueron los cananeos. Cerca del 1500 a.C. llegaron tribus de origen ario, los filisteos , y denominaron a la zona Philistina , nombre del cual deriva la palabra Palestina. Posteriormente se asentaron los hebreos, singular pueblo, que no formó un poderoso Estado o un Imperio, pero que mantuvo su vigencia hasta la actualidad.



LOS FENICIOS


A partir del siglo XII a.C. los fenicios crearon una fabulosa red de colonias por todo el Mediterráneo. Entre los siglos VII-VI a.C. fundaron Rusaddir situándola en una posición privilegiada al sureste del cabo de Tres Forcas. Su ubicación en una región de gran riqueza minera y salina pudo ser la principal causa para su fundación. Se convirtió pronto en el principal puerto de la región, foco de consumo e importante centro exportador hacia las tierras  del interior, aprovechando la cuenca del río Muluya. En el siglo III a.C. se convertirá en fortaleza estratégica de los intereses de Cartago, antigua colonia fenicia que adquirirá un peso importante en el Mediterráneo.






viernes, 21 de agosto de 2009

LA GUERRA DEL PACÍFICO

La Guerra del Pacífico fue un conflicto bélico que se desarrolló entre 1879 y 1883 e involucró a tres países latinoamericanos: Chile, Bolivia y Perú. Si bien desde la construcción de los Estados en Latinoamérica se sucedieron problemas por la demarcación de límites territoriales, este conflicto fue tal no por la circunscripción territorial en sí misma, sino porque el territorio en disputa incluía zonas ricas en guano, minerales y salitre. Dicho territorio comprende miles de km² ubicados en la región entre el paralelo 23º y el 26º de latitud sur, donde históricamente Chile dominaba hasta el paralelo 23º, mientras que Bolivia tenía como límite el paralelo 26º, más al norte las regiones de Iquique y Arica pertenecían a Perú.

ANTECEDENTES

Luego de la independencia de Bolivia en 1825, Simón Bolívar dicta un decreto donde le otorgaba esta región con costas del Pacífico a dicho país, disposición que atentaba contra la delimitación chilena, pero siendo un territorio sin importancia económica aparente, no generó conflictos.

En 1842 el presidente chileno Manuel Bulnes envía una comisión a la región para estudiar el terreno en busca de guano, minerales y salitre cuyos resultados revelaban importantes yacimientos, con lo cual Chile exigiría este territorio como propio.

El guano es un material muy valioso formado a partir del excremento de las aves costeras que se aplica como fertilizante agrícola y para la construcción de explosivos por sus elevadas concentraciones de fósforo y nitrógeno. Para su formación se necesitan determinadas condiciones biológicas y geológicas presentes en la región costera en disputa, las cuales unidas a su extrema aridez, ha hecho que el excremento de las aves se acumule a través de millones de años.

A mediados del Siglo XIX, el guano constituía uno de los recursos principales para la economía peruana pero su sobreexplotación puso en crisis el recurso y el salitre ocupó su lugar. En las décadas siguientes el nuevo abono se transformó progresivamente en un substituto del guano, cuyos yacimientos comenzaban a debilitarse.

Desde fines del siglo XVIII se conocían las propiedades del salitre como fertilizante, sin embargo es a partir de 1830 que Europa se transforma en un importante mercado. Progresivamente se produjo una vertiginosa expansión de la producción y exportación de salitre fundamentalmente en Tarapacá, Perú. El gobierno peruano vislumbró las posibilidades del producto en una etapa bastante temprana por lo cual solicitó a dos exploradores británicos un relevamiento de los yacimientos salitreros disponibles en la región en el cual indicaron la gran magnitud de la riqueza que podría ofrecer el territorio y la probabilidad, que más tarde sería confirmada, de una prolongación de los yacimientos hacia el sur del río Loa, en territorio aún boliviano. El salitre se extendía a lo largo de la costa situada entre los 19º y 27º grados de latitud sur, incluía a la provincia peruana de Tarapacá, la provincia boliviana de Antofagasta y parte del norte de Chile. El interés se volvió, entonces, hacia la costa boliviana.

Antes de iniciarse la Guerra del Pacífico, más del 50% de las sumas invertidas en la explotación del salitre eran capitales peruanos, chilenos y en siguiente lugar ingleses y alemanes. Hacia 1890 ya finalizada la guerra, alrededor del 60% de la industria del salitre estaba controlada directa o indirectamente por las sociedades anónimas que tenían su asiento en Londres.

La riqueza en salitre que se encontraba en la región de Antofagasta, hasta entonces perteneciente al territorio de Bolivia, como se aclarara anteriormente explotada por capitales extranjeros, provocó grandes diferencias entre ambas naciones, hasta que en 1866 se firmó un Tratado que establecía que el límite entre Chile y Bolivia sería el paralelo 24º, y que los productos obtenidos por la explotación minera y de guano entre los paralelos 23º y 25º serían repartidos equitativamente entre ambos. Sin embargo éste no tuvo mucha vigencia y en 1874 se firmó un nuevo acuerdo estableciendo la renuncia de Chile a los beneficios de la explotación del salitre mientras Bolivia se comprometía a no aumentar los impuestos a las compañías chilenas instaladas en la zona durante 25 años, manteniendo la unión para el aprovechamiento del guano, los metales y el salitre de la zona comprendida entre los paralelos 23º y 24º de latitud sur.

Pero, peruanos y bolivianos tenían en claro las ambiciones de ampliación territorial chilena hacia esa importante zona de depósito de recursos naturales lo cual hacía necesaria una solidaridad mutua. La desconfianza llevó a ambos países a firmar un tratado secreto ofensivo y defensivo en 1873, mediante el cual ambas naciones se apoyarían frente a un posible avance chileno. Intentaron el ingreso de Argentina a la alianza pero las negociaciones al respecto fueron infructuosas.

En 1878 Bolivia impuso una contribución a las Compañía de Salitres de Antofagasta, formalmente chilenas pero de capital inglés, por la exportación de fertilizantes. Obviamente Chile protestó y luego de serias discusiones Bolivia rescindió el contrato. El 14 de febrero de 1879 Chile invadió Antofagasta que contaba con una mayoría de habitantes chilenos. Perú, obligado por su alianza salió en defensa de Bolivia y le declaró la guerra a Chile. Así comenzó el conflicto bélico entre Chile, Bolivia y Perú donde la explotación del guano, los minerales y el salitre, riquezas codiciadas de la época, fueron la causa económica fundamental.

DESARROLLO DEL CONFLICTO

El desarrollo del conflicto se dio tanto en el mar como en tierra siendo el océano Pacífico sobre las costas en disputa el escenario más importante en el transcurso de la guerra. La desigualdad en la cantidad de población y de efectivos del ejército entre los tres países implicados era muy importante, Chile contaba con una cantidad superior de hombres en ambos casos, mientras que Perú se hallaba en segundo término, y por último Bolivia, con una cantidad muy inferior. Sin embargo, en términos de transportes navales, Perú se encontraba en condiciones superiores a Chile. Todo el proceso de la guerra se dividió en varias etapas, donde hubo diferentes combates.

Durante el transcurso de la guerra el progreso de Chile no se vio interrumpido, por el contrario, la contienda estimuló el desarrollo de la industria nacional contribuyendo al financiamiento del ejército.

La victoria de Chile significó la ampliación de su territorio. Por el Tratado de Ancón de 1883, Bolivia debió cederle Antofagasta y Tarapacá, mientras que Tacna y Arica quedaron por diez años bajo su tutela, finalizado ese plazo se sometería a plebiscito para decidir su destino final. Nuevas disputas concluirían con el Tratado de 1929 por el que Tacna quedaría para Perú y Arica para Chile. Bolivia se negó a firmar un tratado de paz, sólo transcribió un pacto de tregua en 1884 a partir del cual el territorio comprendido entre el río Loa y el paralelo 23 de latitud sur quedaría bajo la administración chilena además de franquicias para el comercio boliviano en los puertos de Arica y Antofagasta. En 1904 por medio de un tratado se establecieron las fronteras definitivamente, Bolivia cedió a Chile la provincia de Antofagasta y logró establecer el libre tránsito de mercaderías por dicho territorio.

CONSECUENCIAS

Terminado el conflicto Chile aumentó su territorio, consolidando su presencia en el norte. Durante la etapa posterior a la guerra sus ingresos provenían básicamente de la industria del salitre, aunque el mercado internacional se presentaba muy inestable en este sentido al estar bajo el pleno control de los ingleses. Entre 1884 y 1886 los productores realizaron una alianza para reducir la producción ya que el mercado se había saturado. Sin embargo esta medida no dio resultado, la provincia de Tarapacá impulsó su producción al igual que Antofagasta, alcanzando un gran auge, por lo cual atrajo a importantes contingentes de trabajadores chilenos, bolivianos y peruanos y profesionales y comerciantes europeos, aumentando considerablemente su población.

El término de la Guerra del Pacífico y la reordenación de los territorios disputados, creó las condiciones ideales para que las compañías inglesas y norteamericanas impusieran sus condiciones de explotación a través de concesiones mineras. Asimismo crearon códigos laborales independientes de las leyes nacionales y establecieron regímenes de trabajo y condiciones laborales cercanas a formas de esclavitud, creando su propia forma de pago de los salarios, obligando a reinvertirlos en comercios habilitados por las mismas compañías.

Para Bolivia, este conflicto significó no sólo la derrota de su ejército, sino la pérdida del único territorio que poseía con salida al mar (158.000 km² de territorio con una costa de una extensión mayor a 400 kilómetros, con buenos puertos), por lo cual vive una situación de encierro geográfico hasta el día de hoy. Asimismo le representó un gran deterioro económico al perder la posibilidad de explotación de los recursos naturales de la región: guano, salitre y cobre.

Los intereses extranjeros siempre han estado presentes antes, durante y después del conflicto. En un primer momento la explotación del guano fue el primer elemento de conflicto, donde estaban presentes compañías inglesas, de cuyas ganancias poco recibían Chile, Bolivia y Perú. Luego, la explotación del salitre y de yacimientos cupríferos generó el mayor conflicto entre las diversas compañías al sumarse otras de origen norteamericano. Cuando el salitre ya no resultó redituable las empresas extranjeras abandonaron la región sumiendo aún más a la población en la pobreza.

Desde la firma del Tratado de Paz y Amistad de 1904, no ha sido posible establecer ninguna plataforma de diálogo que permitan encontrar un arreglo satisfactorio para ambas naciones. Los efectos de la guerra aún perduran y el diálogo entre los países involucrados no excede de los reclamos de Bolivia frente a Chile y a la comunidad internacional para recuperar su salida al mar y los pedidos de Perú de revisión de los límites marítimos.